16 de enero de 2012

Problemas Anónimos

 
A mi Miguel Sacal, con su historial de prepotencia, El Platanito con su chiste que además de cruel fue malísimo, los mil millones por una Estela de Luz que además nos costará otro millón seiscientos mantenerla encendida (según Excelsior), el deplorable inglés de Peña Nieto y la delicadeza con la que su hija nos llamó "prole", me tienen sin cuidado. Me dan asco, pero me tienen sin cuidado.

No pasan de ser actos de un drogadicto, un mal comediante, un ladrón, un analfabeta y una niña consentida. (no necesariamente en ese orden) Actos con nombre y apellido.

A mi me preocupan mas bien los temas anónimos; porque de ellos todos somos responsables. La hambruna en la sierra Tarahumara con sus 60 mil afectados, el penúltimo lugar en educación según los últimos estudios, los fraudes alrededor de las campañas electorales, el pésimo servicio en telefonía, el déficit en el sistema de salud y un sin fin de temas anónimos, que en cuanto salen a la luz, nos indignan y corremos al centro de acopio más cercano. Como si nuestra donación en realidad pudiera exiguar la culpa de todos nuestros crímenes.

Ridículo pensar que si todos, redondeáramos en el super, donáramos cinco pesos a la educación en los cajeros, compráramos un kilo de ayuda, enviáramos postales Apac y seguiéramos al Teletón (tomando en cuenta el sacrificio de oir a Lucero durante 24hrs.) México sería un mejor país. México no puede ser un mejor país hasta que aceptemos que los problemas tienen nuestro nombre y apellido. Nosotros permitimos que pasaran, nosotros somos los responsables, solo nosotros podemos cambiarlo.

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